En los últimos días la situación financiera de Evergrande, ha tenido al mundo financiero a la expectativa. Hasta hace poco, la empresa era un ejemplo de la bonanza del gigante asiático, pero ahora es ejemplo de los riesgos que de fondo en el crecimiento acelerado chino.
Hui Ka Yan, dueño de Evergrande, no se imaginaba que en menos de 4 años se convertiría en el dueño de la segunda empresa inmobiliaria más grande de China. De acuerdo con Bloomberg, la fortuna del empresario rebasaba los 42 mil millones de dólares, pero ahora su fortuna está en riesgo debido a que la inmobiliaria no es capaz de cubrir el pago de su deuda debido a una escasez de efectivo.
La vida de Hui Ka Yan es digna de una película de Hollywood. Su padre era un veterano de la guerra contra Japón y su madre murió al poco tiempo de su nacimiento. Terminó siendo criado por su abuela y enfrentó la pobreza extrema durante gran parte de su juventud.
Trabajó arduamente para poder cubrir sus estudios, en 1970 ingresó al Instituto de Hierro y Acero de Wuhan (actualmente Universidad de Ciencia y Tecnología). Tras graduarse ingresó como técnico en una empresa siderúrgica estatal y escaló posiciones hasta llegar a ser gerente. Motivado por las reformas económicas de su país en los años 90, Hui renunció y entre 1996 y 1997 creó Evergrande.
La empresa empezó realizando pequeños proyectos locales. Pasaron 10 años antes de que una serie de inversiones posicionaran a Evergrande como una de las principales inmobiliarias chinas. Para 2018 era considerada la empresa estatal más rentable del mundo; Hui Ka Yan poseía el 70% de las acciones.
Hoy se estima que la empresa deberá pagar más de 127,500 millones de dólares en los próximos 12 meses, una cifra impresionante si se toma en cuenta que la liquidez de la compañía ronda un aproximado del 10% de esa cantidad. Los medios han comenzado a llamar a Hui Ka Yan “el rey de la deuda” y “el hombre que engaña a la gente”.
You must be logged in to post a comment Login