«10, 000 caballos serían sacrificados siendo disparados desde helicóptero»

Los brumies como son llamados en Australia, son caballos salvajes sin dueños que han sido abandonados o son fugitivos, esta población abarca cerca de 25 mil brumies, que ponen en riesgo el equilibrio de la flora y fauna del ecosistema en el Parque Nacional Kosciuszko por lo que han tomado medidas para frenar este desbalance.

Como primera alternativa está el re ubicar, si se puede, a los 10 mil caballos salvajes en hogares particulares con dueños que se hagan responsables de los caballos, pero de no ser así, la ciencia asegura que los brumies que queden en el parque seguirán siendo una amenaza para el ecosistema al poner en riesgo a especies que ya están en peligro de extinción, como lo son las ranas arborícolas alpinas, los cangrejos de río de Riek, las ratas de dientes anchos, los peces galaxia, entre otros más. Por lo que el segundo plan consistiría en matar a los caballos a través de disparos desde un helicóptero.

Esta opción ha causado indignación en muchos casos, ya que algunas personas de la región creen que este colectivo de caballos son una especie culturalmente importante para este parque, a pesar de no ser su habitad original, pero los científicos aseguran que de no tomar medidas estos ejemplares se multiplicarían a 20 mil para el siguiente año, poniendo en riesgo el bienestar natural de los ecosistemas.

Esta decisión ha sido bien recibida por la ONU, pues implica que empieza a haber un consenso con respecto a la importancia que se les presta a las investigaciones sobre el cambio climático, ya que los tres investigadores han aportado mucho en este campo.

Parisi (italiano) fue premiado por descubrir, a mediados de los años 80, los “patrones ocultos en materiales complejos y desordenados. Sus descubrimientos se encuentran entre las contribuciones más importantes a la teoría de sistemas complejos”. A él se le destinará la mitad del premio, una cantidad de 10 millones de coronas suecas (1.15 millones de dólares).

La otra mitad se dividirá en partes iguales entre Manabe (japonés) y Hasselmann (alemán) por sus aportes fundamentales en la creación de modelos climáticos, mismos que han servido para predecir los cambios climáticos que tendrán lugar en el futuro del planeta.

“Cuarta ola de café” es la iniciativa de un grupo de 30 mujeres residentes del distrito de Renacimiento, en la provincia de Chiriqui. Su propuesta es producir un ‘café sensible’ como respuesta a las amenazas que afectan la producción de café, como las plagas, las lluvias y los cambios de temperatura; amenazas que se ven potenciadas por el cambio climático.

El grupo de mujeres cuenta con el respaldo del Ministerio de Ambiente, y trabajan en conjunto para desarrollar y trabajar fincas de café más sustentable.

Por sus condiciones geográficas, Renacimiento es uno de los distritos que mejor calidad de café produce, por ello, desde hace 7 años, el gobierno impulsa el cultivo de cafés como el Obata, Tupi Marsella, Iapar, entre otros, que han probado ser resilientes ante las condiciones del calentamiento global.

La producción de café representa el 0.4% del PIB de Panamá, por lo que también se trata de una actividad redituable para las productoras. “A raíz de la caficultura se mueve el transporte selectivo, colectivo, las bombas de combustible, los agroquímicos, los almacenes, entre otros aspectos de este negocio que da realce a la economía del sector”, afirma Digna Núñez, productora de café de la localidad.