El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió hoy a China más transparencia a la hora de informar de los primeros casos de COVID-19, y advirtió de que conocer los orígenes del coronavirus «es una deuda pendiente con millones de personas que lo han sufrido».
«Pedimos a China que sea transparente y abierta, que coopere especialmente aportando los datos en bruto sobre los primeros días de la pandemia», aseguró en una comparecencia de prensa con el ministro alemán de Salud, Jens Spahn, quien se unió en esta llamada de atención a las autoridades chinas.
Tedros aseguró que tras la primera fase de investigaciones, que culminó con una visita de expertos internacionales a Wuhan (la ciudad central china donde se diagnosticaron los primeros casos), se está diseñando ya una segunda.
«Necesitamos continuar la investigación para saber qué ocurrió realmente, pues si lo acabamos sabiendo nos puede servir para evitar crisis futuras similares», afirmó el experto etíope.
Tedros admitió que «ha habido mucha presión» para descartar la hipótesis de que la pandemia surgió en un accidente de laboratorio (teoría que ha sido especialmente destacada por medios y autoridades de EUA), pero argumentó que «para excluirla se necesita información más completa».
El director general también admitió que «los accidentes de laboratorio pueden ocurrir» y aseguró que él mismo, trabajando en ese tipo de instalaciones en el pasado como experto en inmunología, tuvo algún error.
«Revisar lo que ocurrió en los laboratorios es importante, y necesitamos información directa sobre la situación de esas instalaciones antes de la pandemia y en el comienzo de ella», concluyó.
Las declaraciones de Tedros suponen un llamativo cambio de tono después de meses en los que había declinado comentar públicamente la teoría del laboratorio o la actitud de las autoridades chinas en las investigaciones, que comenzaron con meses de retraso y bastantes obstáculos para los expertos de la OMS y otras agencias.
Tras la visita de estos expertos a Wuhan a principios de año, se emitió un informe en el que se sostenía que la hipótesis más probable del origen del coronavirus era que se había transmitido al ser humano de animales salvajes vía una o más especies que actuaron como intermediarias.
La investigación también indicaba que la hipótesis menos probable era la del origen en un laboratorio, y tampoco consideraba demasiado plausible el contagio a través de alimentos congelados importados, una teoría frecuentemente defendida por medios oficiales chinos.
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